Desde una perspectiva cristiana las semillas de Mostaza están relacionadas con la Fe, el Evangelio y el Reino de Dios: “que una fe tan pequeña como una semilla de mostaza puede mover una montaña”.
Es un llamado a la trasformación y al crecimiento.
Estas semillas y sus vainas pertenecieron a una planta de nuestra huerta, que supo alimentar y dar sabor a nuestros alimentos, y también embellecer su rincón fértil, con sus grandes y brillantes hojas moradas.
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